Adoración Genuina

Excelentísimo Padre, quisiera tener las palabras más hermosas para decirte cuanto te amo, anhelo fervientemente tu presencia, has cautivado mi corazón y me regocijo alabándote y adorándote. Quiero contemplar tu hermosura, tu majestuosidad, sentado en tu trono alto y sublime y unir mi voz a los serafines que dan voces diciendo: Santo, Santo, Santo eres mi Señor. Amén

“Estas son las palabras postreras de David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua”, 2 Samuel 23:1-2

“Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva”, Salmo 146:1-2

A veces nuestra oración o adoración, tiene ya un formato establecido propio o de otros, pero la pregunta es: ¿Cómo le agrada a Dios? ¿Qué es una adoración agradable a Dios?
David llamado “el dulce cantor de Israel” era un hombre con un corazón conforme al corazón de Dios y Dios mismo dio testimonio de cuanto amaba a David, lo puso como rey de Israel; Jesús es llamado “hijo de David”; su nombre: David significa “amado” “bien amado” y Dios le prometió que no faltaría quien de su descendencia se sentara en el trono de Israel.

En los salmos podemos ver a David viviendo muchas experiencias, acercándose a Dios para agradecer, para adorar, para pedir ayuda, para pedir perdón y a pesar de sus muchos errores, tuvo la virtud de humillarse ante el Señor y someterse a su corrección. Los últimos salmos son escritos cuando David era un anciano y cada uno es una invitación a alabar y adorar a Dios.

La Biblia dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”

Dios está buscando adoradores, hombres y mujeres quizá completamente anónimos, pero apasionados por él, que quieran conocerle en la intimidad, en lo secreto, y guiar a otros a su presencia. Pero no puedo pretender conducir a alguien por un camino que no he andado primero. Dios honra a quienes le honran. Engrandeced a Dios y Él te dará lugares de bendición y privilegio en la tierra, pero siempre ten presente: ÉL ES EL MÁS IMPORTANTE, ÉL ES LA RAZÓN DE NUESTRA VIDA.