Aferrados a Dios
2016-12-17
1. Oración inicial
Amado Señor, queremos aferrarnos y depender absolutamente de ti, enséñanos que la fe verdadera no necesita ayudas de otra clase, que no busquemos dioses ajenos, que no andemos en consejo de malos, ni en camino de pecadores, tu Palabra y la oración diaria es toda la ayuda externa que necesitamos. Nuestra vida depende de tu gracia.
2. Lee la palabra de Dios
«En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán. En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió», 2 de Reyes 18:1-7
3. Reflexiona
La forma en que los niños pequeños se aferran a sus padres, cuando se sienten inseguros en algún lugar, porque son las únicas personas conocidas para ellos y que solo sueltan si empiezan a sentirse cómodos, nos debe hacer pensar en la importancia de aferrarnos a Dios siempre. En el pasaje bíblico de hoy, se habla del rey Ezequías como un rey justo, exitoso y próspero, pero lo más importante es que estaba aferrado a Dios. Y ese fue el secreto para desatar el poder espiritual en su vida. Siguió a Dios más de cerca y con mayor sinceridad que cualquier otro rey de Judá o Israel, uso su fe en la fuerza de Dios y no en la suya propia, y obedeció los mandamientos de Dios a pesar de los obstáculos y peligros que, desde un punto de vista puramente humano, parecían insuperables. El aferrarse a Dios puede parecer simple, pero no lo es, pues los seres humanos tenemos la tendencia a ser independientes. Cuando nos sentimos cómodos espiritualmente, comenzamos a depender de nosotros mismos y nos soltamos de la mano de Dios. Aprendamos del rey Ezequías tres cosas para llevar una vida espiritual efectiva: llevó a cabo reformas civiles y religiosas, tuvo una relación personal y creciente con Dios y desarrolló una poderosa vida de oración. Hoy tomemos la decisión de hacer ajustes a nuestra vida, ¿qué necesitamos reformar?, dejar todo aquello que nos impide estar cada día con el Señor, quitar los ídolos de nuestro corazón y tener una intima comunión con Dios y una vida activa de oración, para desatar el poder espiritual en nuestras vidas. Entendamos las palabras de Jesús «separados de mi nada podeís hacer».
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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