Las promesas de Dios son en Él Sí y en Él Amén

Amado Señor, danos confianza en tus promesas, ellas nos consuelan, nos animan y nos enseñan lo que tu tienes y quieres para nosotros. Eres un Dios fiel que siempre cumples lo que prometes, hoy queremos descansar en tu Palabra, que nos da seguridad.

«Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.», 2 Corintios 1:18-20
«Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.», Hebreos 10:23

Hay una gran diferencia entre la predicción y la promesa. Una predicción es solo una buena suposición, pero una promesa es algo seguro cuando viene de nuestro Dios. Las promesas no cumplidas, que nos hacen las personas, nos dejan heridas. Pero Dios jamás rompe sus promesas, pues estas nos dan certeza para vivir. «Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos», es inmutable, igual que su Palabra. «Porque todas las promesas son en Él Sí, y en Él Amén», entonces hay fidelidad. Como el “sí” es su palabra, así el “Amén” es su juramento, y hacen doblemente segura nuestra seguridad del cumplimiento. Todas las promesas de Dios referentes al Mesías se cumplirían en Cristo. Jesús fue completamente fiel en su ministerio y nunca pecó, murió fielmente por nosotros y ahora intercede por nosotros fielmente. Como Jesucristo es fiel, nosotros también debemos serlo y llenarnos de esperanza, porque estamos seguros en Quien hemos depositado nuestra fe.