La intimidad con Dios es un cambio en la manera de actuar

Padre, en el nombre de Jesús ayúdame a actuar de acuerdo a tus principios, dame el entendimiento y la fuerza de tu Espíritu Santo para actuar conforme tú dices, no permitas que caiga en engaños sutiles que me desvíen de tu verdad, guárdame Señor. Amén

«Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.» 1 Corintios 6:18
«Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios» Gálatas 5:19-21

La palabra de Dios es práctica. Por ejemplo, si nos dice que no tengamos relaciones sexuales antes del matrimonio, lo dice no para amargarnos el rato o quitar la diversión, sino porque Dios sabe las consecuencias terribles de la fornicación. ¿El hombre o la mujer que no tuvo capacidad o dominio propio antes del matrimonio, te va a ser fiel?, ¿a tener dominio cuando estén casados? Por supuesto que no. La Biblia enseña claramente que si alimentamos la carne, o nuestra naturaleza pecaminosa, ésta va a triunfar sobre lo espiritual y vamos a tener frutos de dolor, infidelidad, peleas, desacuerdo, entre otros , según Gálatas 5:19-21, pero si cambiamos nuestra forma de pensar, estudiando y obedeciendo la Biblia, aprenderemos que el camino correcto es alejarnos del pecado y viviremos en gozo, paz, amabilidad, paciencia, dominio propio, entre otros frutos del Espíritu, según Gálatas 5:22-23.
Los frutos son las consecuencias de practicar una u otra conducta. O hacemos lo que dice su Palabra guiados por el Espíritu Santo o a nuestra manera. Esta es la elección que Dios coloca hoy delante de nosotros, entre la vida o la muerte, si escogemos la vida por medio de su Palabra, Él nos dará las herramientas, la fuerza necesaria para obtener la victoria y vivir reposadamente. Él mismo nos sostiene de su diestra en cada paso, según Isaías 41:10. Ésta es la verdadera intimidad, no es sólo un instante o unos minutos mientras oramos, es en cada paso de nuestra vida.