La intimidad es andar con Dios

Señor, Padre celestial, quiero andar como anduvo Enoc contigo, en cada paso de mi vida tomado de tu mano, en comunión y armonía con tu Palabra, perdona mis pecados Señor, te pido que en esta área de mi vida que tú conoces, donde te he fallado, me perdones y me des sabiduría para actuar conforme a tus principios. Amén.

«Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.», Génesis 5:24
«Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.», Hebreos 11:5-6

«Caminó, pues, Enoc con Dios», éste término en hebreo es la conjugación “Hithpael” que denota relación íntima, casi al punto de «vivir con», «porque le llevó Dios», éstas mismas palabras se usan para describir a Elías en 2 Reyes 2:11. Esto implica traslado a la presencia de Dios, sin enfrentar la muerte física. La relación de Enoc con Dios resultó en una comunión personal e íntima. En Génesis 5, un capítulo lleno de la frase «y murió», este es un ejemplo de un hombre que al andar con Dios recibe gran recompensa, hace una diferencia con el resto de su generación; ¿ pero cómo debe ser nuestro “andar” con Dios? ¿De qué manera, nosotros generamos un cambio en esta generación?
La palabra “Caminar” en hebreo, implica que Enoc subía y bajaba, entraba y salía, de ida y de retorno, conversando continuamente con Dios y creciendo. El padre de Enoc, Jared, vivió 962 años y su hijo, Matusalén, vivió 969, en contraste Enoc vivió 365 años, o sea un “año” de años. Durante 365 días, cada año, cada día de su vida, Enoc caminó de forma permanente y continua con el Señor, “Un andar diario con Dios”.
Enoc aprendió a caminar con Dios en medio de una sociedad corrupta, como ahora está nuestra sociedad actual, sin dejar de ser un hombre común, puesto que él “engendró hijos e hijas” (Génesis 5:22), estuvo involucrado en la vida cotidiana, tenía una esposa, hijos, responsabilidades y las mismas cargas que nosotros llevamos, pero encontró una clave que ahora todos nosotros podemos obtener gratuitamente para vivir íntegramente: Se colocó de acuerdo con Dios, para poder caminar con él, puesto que la Palabra de Dios dice en Amós 3:3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
El primer paso que debemos dar en nuestro andar diario, es ponernos a cuentas con Dios, en oración, para que su Santo Espíritu nos muestre en qué estamos fallando y ponernos de acuerdo con Él, pidiendo perdón por medio de Jesús y comprometernos a cumplir sus principios en el área que hallamos pecado; familiar, personal, moral, matrimonial, ministerial, etc. No nos podemos quedar en la culpabilidad y la acusación, debemos avanzar y reconocer que hemos pecado, pero no quedarnos allí, sino que avancemos hacia la madurez y el crecimiento, permaneciendo de la mano con Dios, caminando lado a lado con Él, en cada paso que damos en nuestro diario vivir.