La intimidad con Dios es luz
2016-10-21
1. Oración inicial
Padre quiero cada día dedicar tiempo a estudiar tu palabra para conocerte, clamo a ti para que me reveles más de ti, así te amaré mas y crecerá en el conocimiento de tu hijo Jesús, gracias Señor amen.
2. Lee la palabra de Dios
«Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.» Juan 3:20-21
3. Reflexiona
La intimidad implica pasar tiempo con la persona con la que queremos tener ese profundo conocimiento y relación diaria. La relación con Dios se realiza a través de la Palabra y la oración, por esto, cuando tengo un conocimiento equivocado de Dios, como consecuencia podemos caer en engaños y mentiras; por ejemplo si mi relación con Dios se basa en “Señor, bendíceme, prospérame, dame.”, estamos interpretando y utilizando mal la Palabra de Dios, pues ella nos enseña a pedir de acuerdo a su voluntad y no por egoísmo, según nos enseña su palabra en Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”; es decir pedimos con malos propósitos. Pero si pasamos tiempo con Dios, en profunda intimidad, todas las intenciones de nuestro corazón serán puestas a la luz. Debemos tener esa convicción y esa confianza de que expuestos a la luz de su Palabra, a través de la oración y la guía de su Espíritu, el Señor nos mostrará cosas que no nos gusta de nosotros, pero que debemos llevarlas a la cruz, arrepentirnos y él limpiará y perdonará toda nuestra maldad. Pero si no nos gusta la luz, estaremos en oscuridad y esas cosas que supuestamente escondemos de Dios, se quedarán en nosotros, arraigadas y traerán consecuencias de dolor. Empezamos a oler espiritualmente mal y esto se evidenciará en nuestras relaciones diarias, nuestro trabajo, estudio, en todo.
En conclusión, así como a nuestros padres no solamente los buscamos para pedirle cosas, sino para pasar tiempo con ellos, amarlos, honrarlos y expresarles afecto, así mismo y con mayor prioridad con Dios, debemos hacer; nuestro primer tiempo del día y cada instante que tengamos debemos aprovecharlo para escudriñar su Palabra, memorizarla, atesorarla, meditar en ella, practicarla, alabando y adorando al Padre celestial. En su luz podemos ver claramente las cosas como realmente son.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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