Ciudadano celestial. Parte 2
2016-10-17
1. Oración inicial
Padre, enséñame a ser un embajador, preparado y esforzado para anunciar tu palabra al mundo enfermo, guía mi vida a ejercer el mandato y misión que recomendaste, y predicar tu verdad, amén.
2. Lee la palabra de Dios
«Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.»,2 Corintios 5:20
«Creí; por tanto hablé, Estando afligido en gran manera.», Salmos 116:10
3. Reflexiona
El tener la ciudadanía del cielo me ofrece muchos privilegios, y el primero es ser embajador de Cristo, como si Él mismo rogase a través de nosotros al mundo que se arrepienta, que Él es el pago por nuestros pecados, que confiemos en Él, pues es el único camino que no conduce a la muerte.
No es una ciudadanía para ciertos individuos de la burocracia religiosa, sino que está disponible para todo aquel que simplemente crea en las buenas nuevas, en el mensaje de salvación y verdaderamente de corazón entregue su vida a Cristo. Si la gente está perdida y con gran necesidad, y nosotros tenemos el mensaje que puede salvarlos, ¿por qué callamos?
Nuestras acciones gritan más que nuestras palabras, así que primeramente vivamos como Él vivió, colocando en acción el amor que ha sido derramado en nuestros corazones, por su Espíritu Santo, y enseñando el evangelio, sin fanatismos, sin religiosidad, pero también sin mediocridad. Porque fui pecador y me arrepentí, por eso hablo, por eso no cierro mi boca, por eso actuó con amor en toda situación.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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