Señales de maduración
2016-08-30
1. Oración inicial
Amado Jesús, mi alfarero, gracias por escogerme, por entrar a mi vida y perfeccionar mi carácter, para ser la persona que quieres que sea, transformame, hazme crecer y madurar para poder ser ese instrumento de bendición para otros. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”, 1 Pedro 5:5-7
3. Reflexiona
Cuando visualizamos al Pedro de los evangelios, se lo ve como una persona de buen corazón pero rústica, siempre queriendo ocupar el centro del escenario y haciendo declaraciones altisonantes. Como persona era bastante agradable, con un gran corazón y un gran entusiasmo. Pero le faltaba pulirse, a veces era osado y valiente y en otras un cobarde. Su nombre Simón que significa “pajilla”, muestra su débil temperamento, que se deja doblegar por el viento.
Sin embargo, cuando Pedro escribió esta carta, muchos años más tarde, se ven las señales de su maduración. El jactancioso y ruidoso Pedro, ahora es un gran consejero que le dice a las esposas que tengan “un espíritu afable y apacible” y a los esposos que traten a sus esposas “como a vaso más frágil”. El hombre que una vez cortó la oreja de un soldado defendiendo a Jesús, aconseja ahora sumisión a toda autoridad. El que protestó contra la predicción que Jesús hiciera de su muerte, propone ahora el sufrimiento de Cristo como parte de la vida cristiana.
Pedro no solamente se describe así mismo, sino a nosotros cuando dice: “En otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios y erais como ovejas descarriadas, pero ahora has vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” Ahora su cambiante personalidad da vestigios de un carácter más firme.
Pedro finalmente hizo honor a su nombre, “la roca”, ahora es el apóstol de la esperanza, cuando aprendió de sus duras experiencias, que formaron su carácter cristiano, murió creyendo en la promesa, cuando dice en 1 Pedro 5:10: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. La pregunta ahora es: ¿Hemos visto las señales de maduración en nuestras vidas?
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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