Un futuro para su pueblo escogido
2016-08-29
1. Oración inicial
Amado Señor, gracias porque mi futuro está en tus manos, mi confianza está en ti, tus promesas me dicen que me darás un mundo mejor lleno de paz, abundancia y seguridad, donde tu gloria lo llenará todo. Gracias porque, por tu muerte y resurrección me has dado un nuevo comienzo y todo lo que perdí por causa del pecado, lo he recuperado en ti. Amén.
2. Lee la palabra de Dios
“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová”, Isaías 65:17-25
3. Reflexiona
Todos queremos echarle una mirada al futuro y la última parte del libro de Isaías nos permite hacerlo. Muestra el fin de nuestra era en la tierra, aunque este relato no es fácil de explicar, porque el profeta salta de su propio tiempo a los tiempos finales, nos muestra un nuevo comienzo, un tiempo de triunfo definitivo y paz. Algo que anhelamos en este momento de crisis mundial. Soñamos con un tiempo de paz, sin dolor, sin temor, sin enfermedad y muerte. Isaías asegura que algún día esos sueños se harán realidad.
En ese día ya no habrá más lágrimas, los animales salvajes estarán juntos y se acostarán mansamente. La gloria de Dios lo llenará todo. Es el consuelo que tienen los creyentes en Cristo. Toda la miseria de la raza humana, no será recordada, ni renovada. La confusión y los pecados quedarán atrás. Los nuevos cielos y la nueva tierra serán eternos y habrá lo que no hay ahora: paz, abundancia y seguridad.
Isaías declara que el futuro de Israel incluye otras naciones. Jerusalén será llamada casa de oración para todos los pueblos. El mensaje de Dios llegará a todos los rincones de la tierra. Que alentador es este mensaje cuando nos hallamos en desazón, por todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Debe llenarnos de esperanza, hasta el regreso de Cristo, quién con su venida nos promete que no prosperarán más los malvados, ni los fuertes harán presa de los más débiles, ni el tentador podrá escapar a su sentencia, en el mundo perfecto por venir y en el cuál Él reinará con nosotros.
La gloria del futuro cercano borrará todas las glorias del presente y del pasado. Gocémonos y alegrémonos para siempre en las cosas que Dios está a punto de dar a sus escogidos.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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