Seguir a Cristo: Hay un precio que pagar. Parte 3
2016-06-17
1. Oración inicial
Amado Dios, quiero entregarme a ti de manera radical y seguirte sin reservas, con un corazón lleno de lealtad y compromiso, sin mirar atrás, pues tú lo diste todo por mí. Amen.
2. Lee la palabra de Dios
«Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios», Lucas 9:61-62
3. Reflexiona
Este hombre corría el peligro de ser influenciado por sus familiares respecto a seguir o no a Jesús.
El agricultor al arar no mira hacia atrás pues corre el peligro de torcer el surco, siempre está mirando un punto fijo adelante para no desviarse. Nosotros debemos mirar a Jesús, porque en el momento que miramos a los hombres nos desviamos, nos desanimamos, nos desalentamos, porque todos somos tan frágiles y débiles que en cualquier momento podemos desviarnos.
Cuando usted entrega su vida a Jesús usted mira hacia adelante, hacia el supremo llamamiento como dice la Biblia, «Dejando lo que queda atrás y mirando hacia adelante prosigo hacia la meta» Uno no puede estar mirando hacia atrás o mirando hacia los lados cómo el mundo vive, lo que disfruta la gente que no conocen al Señor, y se compara con el vecino, aquél que tiene todo, una casa, dos carros, un trabajo y yo aquí sirviendo al Señor y no tengo nada. Esto no debe ser así.
Usted tiene que mirar a lo que Dios lo ha llamado a ser y a hacer. Tampoco puede estar pensando: cuando ya haya alcanzado todas mis metas, haya pagado todas las deudas, haya conseguido el esposo o la esposa entonces me voy a consagrar al Señor, no.
Usted no tiene que lamentarse por el pasado, ni compararse con los demás, ni esperar a lograr objetivos para luego seguir a Cristo, es ahora, es ya, porque el tiempo se acorta.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn