Redimidos por la sangre de Cristo. Parte 2

Señor Jesucristo tu gracia divina y redentora fue anunciada por todos los hombres de la Biblia, y llegó hasta mí, y he decidido seguirte porque solo tú tienes palabras de vida eterna, tu eres mi redentor y mi señor, a ti sea la gloria por siempre Amen

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”, 1 Juan 4:10
“siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”, Romanos 3:24

La Biblia, de principio a fin, es una gloriosa unidad. No es una compilación de relatos, leyes, principios, pensamientos, y enseñanzas religiosas aisladas que se coleccionaron en un libro llamado Antiguo o Nuevo Testamento. La Biblia es un grandioso libro totalmente entrelazado, en el que la Ley y el evangelio de principio a fin presentan el plan redentor de la gracia de Dios para esta humanidad perdida.
Como nos informa Pedro: Acerca de esta salvación, “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos” (1 P 1:10-11).
Cuando habla de Noé, Abraham, Jacob, José, Moisés, David, etc., no nos los presenta como personajes aislados unos de otros, sino que muestra el papel que cada uno jugó en relación a Jesucristo y su obra de redención, resurrección y glorificación.
La Escritura dice claramente que la redención sólo es posible “a través de Su sangre”.