Sabiduría

Señor te pido sabiduría para ser un administrador fiel de lo que me has encomendado, ayúdame a entender tu palabra para que sea mi guía y mi faro en cada decisión.

“Hijo mío, si recibes mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si inclinares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz Si como la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino”, Prov 2:1-9
«Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?
Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.
Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú», 1 Reyes 3:9-12

La sabiduría dota al individuo de un mayor entendimiento y profundidad en el conocimiento sobre las circunstancias que determinan la existencia. Además, proporciona al individuo herramientas para el acertado discernimiento entre aquello que es bueno y lo que no.
Según la Biblia, Dios es la fuente primordial de toda sabiduría, pues sus enseñanzas “son la fuente de la sabiduría, y ella nos enseña a obedecer sus mandamientos eternos” (Eclesiastés I: 5). Además, Dios es omnisciente: todo lo sabe, todo lo conoce, y solo en Él están todos los secretos de la sabiduría. Y esta sabiduría viene a nosotros a través de Jesucristo, pues Dios quiso en El manifestar todo su poder y sabiduría, y ahora vive en nosotros los que lo hemos recibido (1 Corintios 1:24). Por lo tanto podemos pedir sabiduría y él nos la dará abundantemente mediante su hijo, como enseña en Santiago 1:5.
Así como Salomón colocó en primer lugar las necesidades de su pueblo y pidió sabiduría en vez de riquezas, debe ser nuestra prioridad tener una relación íntima con el Dios de toda sabiduría, a través de su palabra y pidiendo su guía en cada momento para llevar una vida prudente y tomando decisiones sabias.
La verdadera sabiduría no viene de las filosofías e ideas humanas, está en la Biblia, como nos enseña Colosenses 2:8, «Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo». Por tanto, debemos tener un corazón como el de Salomón, pedir sabiduría ya que las demás cosas vendrán por añadidura.