La autoridad de Dios. Parte 3

Señor dame la fortaleza y la humildad para obedecer a las autoridades civiles y militares, orar por ellas, para que sus actuaciones sean reguladas por ti, guíame para no pecar contra ti si mis autoridades no hacen lo correcto, enséñame a mantenerme fiel a ti y a ser luz en medio de esta generación perversa

“De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.” Romanos 13:2-8

Dios permite las leyes y el gobierno humano y limita ciertas actuaciones para nuestro bien, 1 Timoteo 2:2, jueces, fiscales, gobernantes tienen autoridad porque Dios, lo permitió, por eso los cristianos debemos ser ciudadanos ejemplares. En 1 Pedro 2:13, la Biblia nos enseña a someternos a toda autoridad, en Mateo 22:21, el Señor Jesús nos da ejemplo de cumplir la ley puesto que ÉL no inicio una revolución civil si no espiritual.
En la iglesia Cristo es la cabeza, pero él ha designado autoridad a líderes espirituales, pastores, entre otros.
En Colosenses 3:22-24 y 1 Pedro 2:18, hablo de sujetarnos a la autoridad de nuestro jefe y hacer nuestro trabajo de todo corazón, haciendo el trabajo como para Dios, de la mejor manera con toda actitud, haciendo con diligencia incluso si nuestro jefe es autoritario o injusto. Con el límite de que el jefe no nos lleve a pecar contra Dios, pues él también está sometido a Dios. En Éxodo 20:12, la palabra nos enseña a respetar, obedecer y cuidar a nuestros padres.
Dios hará responsable a aquel que tiene la autoridad según Hechos 5:29 es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. La prioridad es obedecer a Dios, si tu jefe te manda a mentir, siendo humilde debes responderle que no puedes hacerlo. Por ultimo en 1 Pedro 2:19, la palabra vida nos enseña que siempre debe haber una autoridad en el cuerpo de Cristo, sin autoridad no hay unidad en el cuerpo.