La autoridad de Dios. Parte 2

Señor, así como estoy sujeto a ti, guíame para que, con amor, edifique mi hogar, sea obediente a tu palabra y a las autoridades que tú has delegado

«Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.» Efesios 5:22-32

El poder es la capacidad de hacer, la autoridad nace de la delegación que hace una comunidad escogiendo a los mejores, o más justos, sin embargo, eso no ocurre hoy en día; vivimos una época donde el hombre perdió el rol en la sociedad, perdiendo la autoridad como cabeza de su familia, esta autoridad otorgada por Dios, ha sido abandonada por el hombre porque ha perdido la conexión con la fuente de su autoridad. Si en nuestra familia, con nuestros hijos o esposa no tenemos esa autoridad si no el autoritarismo, probablemente es porque la cabeza tampoco está bajo autoridad, es guiado por su propia manera de pensar y no está aplicando los principios bíblicos, los cuales al aplicarlos son verdad viva y autoridad.
Dios nos dirige personalmente y también a través de los delegados, según Romanos 13:1, Jesús se sometió a la autoridad de Dios y a las autoridades de ese tiempo, pagó impuestos, demostró y enseño humildad sometiéndose, como en Tito 3:1-8 lo explica bien. En el hogar según Efesios 5:22, las esposas deben estar sujetas a los esposos, los hijos, en colosenses 3:20, enseña que deben obedecer en todo, sin embargo, en Efesios 5:25, los esposos deben dar la vida por su familia, en Efesios 6:4, debe criar sus hijos según la disciplina e instrucción del Señor.