Lléname con tu amor

Amado Jesús, gracias por darme tu amor, la fuerza más poderosa para vencer el mal en este mundo, ayúdame a ser bondadoso, perdonador y servicial para ser testimonio vivo de tu amor a otros. Amén.

«No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal».
«y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado».

En estos momentos de tanta maldad en el mundo. Se está cumpliendo lo que Jesús dijo en Mateo 24:12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. La pregunta es: ¿Que haremos los cristianos? La biblia nos llama a devolver bien por mal. El mundo hace lo contrario, las personas dan mal por bien y creen que solo es correcto responder con bien únicamente cuando se nos hace bien.
Muchos dan mal porque son depravados, malagradecidos, despreocupados de las necesidades de otros, son olvidadizos borrando de la memoria el bien que han recibido, algunos lo hacen por ignorancia o falta de instrucción y otros por envidia porque les molesta el bienestar de otros.
Nosotros los creyentes debemos dar bien por mal, porque debemos ser imitadores de Cristo, somos recipientes de su amor, porque su amor ha sido derramado en nuestro corazón por el Espíritu Santo. La fuente del bien está en nosotros por medio de Jesucristo.
Desde que el hombre entró en enemistad con Dios, está más dispuesto a ser enemigo de los otros. Son vencedores del mal los que aman, perdonan y viven en paz con los demás. El que tiene esta regla en su espíritu posee la fuerza para combatir al mal y hacer que el enemigo se avergüence y cambie de conducta. Entonces será nuestra victoria.