Sé honrado

Amado Dios examíname, pruébame y mira si en mi hay camino de perversidad y enderézalo. Ayúdame en mis debilidades, quiero caminar en integridad, procurar lo bueno delante de tus ojos y de los que me rodean. Amen.

“Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería será insensato”
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres”

Muchas veces pensamos que la honradez solo se refiere a no robar grandes cantidades pero si son pequeñas cosas, no pasa nada, pero ya sea que se robe un peso o un millón de pesos, se convierte en ladrón. Pues la honradez se define como “integridad”.
Alguien dijo: “Sólo vives una vez. Pero si lo haces bien, ¡con una vez basta!”. Así que, vive una vida íntegra, lo cual implica: Comprobar constantemente tus pensamientos y alternativas con la Palabra de Dios. Esto cimenta tus valores y renueva tu manera de pensar y de actuar.
La gente espiritual y que vive en integridad hace lo correcto, sin importar cómo se siente, actúa bíblicamente y consistentemente; las decisiones más difíciles son las que hay que hacer cada día. El carácter se construye como un muro, ladrillo a ladrillo, esto implica pararte con frecuencia para examinar tu vida y orar como el salmista: “Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Ve si hay en mí camino de perversidad y guíame en el camino eterno” (Salmo 139:23-24).
Que el día de hoy podamos vivir en la Integridad que Dios nos dio en Cristo Jesús, recuerda que nuestro Dios se agrada de los justos y los íntegros.