Hablemos de Jesús el salvador

Señor Creo en ti, confió en ti y te doy infinitas gracias por haberme dado la vida eterna, hoy tengo la certeza de mi salvación y he alcanzado la Gloria de Dios. Gracias Señor. Amen

«por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús» LBLA

El apóstol Pablo lo dice: Así, nuestra salvación llegó a un gran costo para Cristo (Su vida), pero gratuitamente para nosotros. Ahora, Dios nos salva libremente, pero no de forma automática. Juan 3:16, el más famoso versículo de la Biblia en el mundo, nos da la sola condición: debemos creer en Jesús. Juan, el discípulo amado, nos dice claramente: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, más tenga vida eterna». Y aún más: «Porque Dios no envió a Su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios» (Juan 3:17-18, LBLA).
Ahora, cuando hablemos de Jesús, recalquemos la realidad de que Dios nos regala la vida eterna (ya que Cristo pagó el precio completo por ella). Entonces, utilicemos la palabra «creer» en lugar de “aceptar”. Muchos usamos la frase popular «Acepta a Jesús…», pero la Biblia realmente usa la palabra creer. Creemos cuando llegamos al pleno convencimiento de que Jesús, el Salvador, nos garantiza vida eterna, y así, nos ha salvado de la condenación.
Muchas personas aún no han entendido los conceptos básicos de la salvación eterna como: Jesús pagó el precio completo por nuestra salvación; y debemos creer en Jesús para tener certeza de vida eterna según su promesa: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna” (Juan 6:47).