Invocando a Dios desde la angustia
2015-11-17
1. Oración inicial
Padre Amado sé que la desobediencia me lleva a vivir como si estuviese en el vientre de un pez, rodeado de las aguas y el abismo hasta el alma, como si la tierra echara sus cerrojos sobre mí para siempre; por tanto Señor obedeceré tu Palabra sin titubear, haré lo que tú quieras que haga e iré a donde tú quieras que vaya. Te amo Señor. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó”
3. Reflexiona
Al leer la historia de Jonás, vemos que éste era profeta, y había huido de Dios en un barco, allí había dormido, y había hablado con los marineros, pero sólo hasta ahora vemos que ora. Por supuesto no se ora cuando se huye de su presencia. A veces el creyente no ora, porque huye de Dios, pues sabe que el Señor le recordará cuál es su voluntad.
En cualquier sitio que nos imaginemos, podemos orar, pero nadie planearía hacerlo en el vientre de un gran pez. Pero éste fue el escenario que le tocó a Jonás al desobedecer a Dios, el mensajero del Señor había emprendido su propio camino a Tarsis, contrario al mandato de Dios que era llevar el mensaje a Ninive y terminó dentro del pez que Jehová tenía preparado para que lo tragase. Muchas veces nosotros, habiendo tenido la oportunidad de orar en un hermoso y cómodo escenario, terminamos orando desde la crisis o el dolor.
Jonás invoca a Dios en medio de la angustia, y ésta condición llevó a Jonás a orar. La verdad es que muchas veces, sólo nos volvemos a la oración cuando la angustia, crisis o dificultad llega a nosotros.
Qué hermosa es la frase: “y él me oyó”, ésa es la esperanza que alimenta nuestra fe, saber que en el templo, en la calle, yendo o huyendo, podemos elevar nuestra oración sincera, sencilla, desde un corazón que alza sus ojos al cielo y que se vuelve a Dios, y será oído por el Señor. La respuesta de Dios no es en vano, su misericordia se manifiesta según su propósito: enseñar a Jonás y salvar a los ninivitas.
Muchas veces invocamos a Dios desde la angustia, como consecuencia de nuestras malas decisiones, pero si lo hacemos con un corazón que se vuelve a Él, Dios nos oye y responde, organizando todo de acuerdo a su voluntad y bondad.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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