La oración puede mucho
2015-10-12
1. Oración inicial
Hermoso Dios, ayúdame a entender en lo profundo de mi corazón de que cada vez que yo te hablo tú estás escuchando y harás conforme a tu buena voluntad. Que cada vez yo pueda ver y creer en el gran poder de la oración. Amen
2. Lee la palabra de Dios
“Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza”.
“Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová”.
3. Reflexiona
Orar es hablar con Dios. Sabemos a cerca de la oración lo que la Biblia dice: “la oración del justo puede mucho”, “oren sin cesar”, “oren unos por otros”, pero al momento de orar es donde debemos llevar todo el conocimiento a la práctica.
Usted es real, y Dios, su Señor, su Padre, el creador de todo lo que existe, también es real. La oración es la comunicación real entre dos seres reales. Si la oración es guiada por el Espíritu Santo, usted puede encontrarse con ese Dios que escucha atentamente lo que usted dice.
Entonces, ¿Por qué si oro y oro aun no veo que Dios se manifieste en este asunto? Es una pregunta que surge frecuentemente cuando no tenemos presente el tiempo de Dios y puede haber varias respuestas pero las 3 más frecuentes son: 1) usted está en pecado y esto no le permite orar de forma coherente; 2) no ha rendido su voluntad a Dios y más que anhelando sus propósitos, llega a la oración buscando la aprobación a los planes que usted previamente ha hecho o 3) aun no es el momento, Dios está buscando que la relación sea más significativa para usted que la bendición, no desespere.
Identifique si alguna de estas u otra causa no le permiten ver la eficacia de su oración, hasta el punto en el que piensa que orar no sirve de nada o que Dios no cumple sus promesas porque no responde a su oración.
Si no creemos en nuestro corazón que la oración es escuchada y que de esta forma nos comunicamos con nuestro Padre, la oración pasa a ser solo un acto religioso y no actúa el gran poder que Dios quiere manifestar.
Vuelva a leer el pasaje de hoy. Se da cuenta cuan poderoso es Dios, cuanta importancia le da a la oración. El Dios de Ana es el mismo Dios de hoy para nosotros. Es la fe, la motivación del corazón y la rendición de nuestra voluntad ante Él, lo que hace que Dios se manifieste de forma sobrenatural.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
Puedes compartir este devocional en Facebook, Whatsapp, Twitter y LinkedIn