Dios quita lo que me estorba
2015-09-17
1. Oración inicial
Amadísimo Señor, ayúdame a traer toda mi vida y todas mis acciones delante de tu luz, examíname y límpiame, muéstrame que es lo que debo quitar y sacar y que es lo que debo guardar y conservar para glorificarte con todo mi ser. Amén
2. Lee la palabra de Dios
» Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor».
«Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo».
3. Reflexiona
Regularmente debemos examinar nuestra vida a la luz del amor de Dios y de su Palabra, cuando traemos todo lo que somos delante de su presencia, Él nos mostrará que es lo que debemos quitar de nosotros y que es lo que debemos conservar, para glorificarlo.
La Escritura hoy nos dice: “Pero cuando se conviertan al Señor el velo se quitará”. La verdadera conversión al Señor permite que quitemos el velo de la mente y el entendimiento que está cegado por el orgullo, por la dureza de nuestro corazón y por la falta de arrepentimiento.
A través del Espíritu Santo que está en nuestros corazones, Dios nos da libertad del pecado, podemos ver como en un espejo el reflejo de la gloria de Dios en nosotros. Él quita nuestra pesada carga y nuestra culpa. En Cristo somos libertados para poder vivir conforme a su voluntad. Recordemos “que donde está el Espíritu del Señor, hay libertad”
En la medida en que la verdad de Cristo nos es revelada, su Palabra transformará todo nuestro ser, en la medida en que nuestro conocimiento de Él se profundiza, el Espíritu santo nos ayudará a cambiar, porque el velo, símbolo de nuestra esclavitud y temor, es quitado de nuestros corazones.
Pidamos a Cristo que remueva ese velo que nos impide ver su grandeza, entender su Palabra y disfrutar de su libertad, porque ya no somos esclavos, sino hijos libres para servir a Dios en el Espíritu.
4. Alaba a Dios
5. Comparte
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